miércoles, 17 de diciembre de 2014

De Enrique Lihn

Alojado en una lengua extranjera como en un hotel al que justo
se llega para ocupar el más pequeño cubículo
las palabras que no llegan nunca en el momento oportuno
sino algunas horas más tarde pero sin efecto retroactivo
y nunca para evitar la decepción de una cita.
Alojado en la imagen de un pelotudo que se limita a citar con dificultad pedazos de
frases hechas
sin otra salida que su desaparición bajo una lluvia torrencial.
Este ahorro de elocuencia
no significa ninguna economía:
nunca se tiene la misma oportunidad de precisar:
está bonito el día.

De "París, situación irregular"

jueves, 13 de noviembre de 2014

Hipertextos

El aire se alivia,
vuela un papelito y llega, doblado,
a tu mano.

Allá en el fondo está la muerte,
pero no tenga miedo.

Las palabras son las mismas,
la cadencia llega despacito
un arrullo en tu cabeza suena y suena.

La cebolla es escarcha y pobre.
Escarcha de tus días y mis noches.

En las manos como cunas,
anochece serenamente.
En los cuencos de tus ojos,
cae la luna somnolienta.

¿Qué le dio al pequeño dios
del centro gris del abismo?

En tus labios de tinta carmín,
el saludo se evapora.
En tus sueños se levanta
vieja polvoreda de arena y sangre.

Es hora de dormir, suave y dulce.
Cerrar los ojos y creer,
que al final,
siempre siempre sabrás
que poesía no es más que lo que es.

Poesía eres tú.


martes, 28 de octubre de 2014

Quietud

El zarpazo atronador
La quietud vino después.

El ruido de los platos estrellados
La quietud llegó después.

Las caricias primero
los gritos enceguecidos.

La quietud vino después.

La puerta abierta de par en par,
las nubes negras por la ventana,
el horror rojo en las manos.

La quietud vino después.

Las promesas rotas
el gato corriendo
la canilla abierta con desesperación
el aliento perdido.

La quietud vino después.

El incesante cabalgar de la violencia contenida.
Los fuegos de las hogueras domésticas.
Las palabras malditas maldichas nodichas
El dolor del agravio y el humo del anochecer.

A veces la quietud es solo el preludio vacuo de la muerte.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Lujos

Se me ocurre que tu existencia le da lujo a mi vulgo. Le da vida a las letras.
Tu existencia, su devaneo febril, le da letras a mis puños, tontos de serenidad.
El fuego que aunque ya no exista deja el recuerdo del ardor en llama apavorada.
Tantas veces pensé en matarte y entiendo la ausencia ahora. Es esa nimia e imperceptible presencia tuya la que le da poesía a tanta vida de prosa.
Si tu idea se me escapase, se me volarían quizás las letras de la nocturnidad, las que se hacen de nostalgia y caramelos. Las que nacen del dolor y viven sólo en la fase efímera.
Pensé que escribía para olvidarte o recordarte, pero está invertida la causalidad: estás para que escriba, estás para musa de domingos - letargos - soles. Poesías en fin.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Gracias

A Ale

Hay quien escribe como quien mama, buscando el objeto perdido para siempre.
Hay quien vive como quien ama, en la misma búsqueda maravillosa por inútil.

Hay quienes saben que la vida resulta una brisa suave o un viento fuerte, pero imperiosamente corta, que acaba por acabarse.

Hay quien canta como imitando naturalezas que nunca verá.
Hay quien sólo llena los ojos de paisajes preciosos para contarlos.

A vos, que pudiste decir los paisajes, que los desnudaste para vestirlos con el ropaje de tus palabras, a vos te quisiera escuchar.

A vos, que sos quien puede bailar en medio del silencio, aunque suene como estruendos profundos, que coronás los mares con la espuma de tus brazos, que contemplas en tus hojas las hojas del tiempo eterno.

Deja escritas las palabras que el viento no te oirá más decir.
Deja entre las líneas de los versos no dichos, todas las asíntotas de este espacio que se escapa y diluye, como todo en los finales.

Que el sueño te acaricie suave, como acariciás a la vida, para que no te vayas tan pronto...



jueves, 18 de septiembre de 2014

Tierra Roja

Evitará los discos póstumos ya que la voz tronada no resulta de su agrado.
Agradecerá cada mañana por la cosecha recibida en lugar de juntarla. Se pudrirá.


La noche lo había decidido. Fue una energía brusca que sintió subir por todo el cuerpo. Estaba en el patio de la casa vieja y de repente vio todo. Dejó el alimento para los animales y se subió a la F100.

Entrará como gangster a un local semi vacío, los ojos desorbitados de uno más loco que él lo recibirán entre dañados y ansiosos del final desolado.

Puso el arma en el asiento del acompañante, antes vacío por desdén y abulia, ahora con ese bulto frío arremetiendo.

Otros pares de ojos lo observarán más allá de lo visible, harán de sus gestos un preludio, de sus zapatillas de tierra colorada, manchas calientes de sangre. De su hablar pausado un sicario sin fe, de cada mano al pantalón el peligro del arma acechando.

La fórmula dice que manejó los kilómetros que lo separaban de su Otro sin paradas intermedias. Que las zapatillas estaban teñidas imperceptiblemente.

La batalla se dará intensa y quieta, una breve esgrima de palitos chinos. Los ojos que observan, son dientes que ríen, ficciones que van y vuelven mientras transcurre el devenir inevitable de la cacería.

Llegó y nombró. En el nombre estaba la clave sonora.
Algo no sucedió entonces. El cónclave no había sido dispuesto por las partes como habían acordado. Tuvo que congelar su instinto de jaguareté y jugar al cliente interesado.

Se apagarán los reflectores, se hundirán las ideas entre charcos de amabilidades maltrechas.

Maldijo sus balas, su poca paciencia y su escasa previsión.

El público cual coro de misa farfullará bajito una sincera disculpa.

Volvió como empezó, hacia otra escena de la misma obra.




martes, 16 de septiembre de 2014

Experimento


En tí en sí en mí


Oliverio no abandona.
Oswald no deja las fotos.
Alejandra ha muerto.
Ha muerto.

Nubes cóncavas





Bananeiras y
mangueiras



La novedad




El honor deteriorado
El deterioro suburbano
El suburbio azul.




¡Dante, Dante!




domingo, 7 de septiembre de 2014

Fauna fauno

Avanza sigiloso hacia el lugar que no existe,
mas existirá en cuanto llegue.


Camina por el borde del abismo reptando en contorsiones de amoroso bífido.
Amoroso puede ser hasta el metal del enjambre que se avecina gritando su oquedad.

Los no lugares son sitios donde avanzar sin sigilo y con prestancia de reptil enajenado, de cornisas enjauladas de ángeles azules sin alas con alas de alados bifásicos trigésimos de pastos recién cortados.

Las flores mueren con silencios atronadores de rayos espantosos despampanantes murciélagos que son lo mismo pero igual; equiláteros equinocios del otro lado del mundo que es abismo que es tortuga que sostiene que es elefante gigante con lomo de plata y oro de platino fino para narices de noches de días de atardeceres espumantes espumosos reídores de la nocturnidad ajena que no ve cuando ellos ven mucho más allá de lo que ve cualquier especie

enajenado enjambre he dicho y quise decirlo de nuevo, repetición sin sentido se hace esencia con gracia de pasarela. No es más que eso el todo de los caminos que el caminante se hace al andar. No es acaso ausencia presencia grito sordo mudo manco cojo de alma sin fosa de muerto común de colectivo errante de nación ajena de pueblo que es otro que no son que no soy que no grita porque no sabe como es el sonido que no sabe por ausencia por presencia por prestancia elegancia de jirafa chillona dueña del todo que no es nada sin nadie que lo vea de árbol que cae sin ruido con ruido lo mismo da, como todo resulta la misma biblia el mismo calefón torá corán almas sin muertos ángeles presos asunciones y ascensiones que nadie entiende porque al final da lo mismo.

El lugar existe existió siempre nunca se fue nunca se irá aunque se había ido pero hubiera vuelto gustoso de haber sido convidado a la fiesta del ausente presente prestante elegante en orgías de cebras aladas que se quedaron con las azules alas aladas del ángel maltrecho estrecho gorila puntiagudo.

Ballenas iceberg tiburón ratón lo mismo da si no hay nada que lo oiga que lo mire que lo toque que lo sienta que lo chupe que lo mastique que lo devore y trague con la voracidad del tiempo.

Nada sin tiempo, sin lugar, es pura caminata de zapatos rojos sin borde sin abismo sin pasillos ni pistilos ni zoológicos donde guardar la alacena de la comida de la alacena de la provisión de la previsión de la no noche que no es día porque todo ya se fue se perdió se rompió se enajenó


se fundió.

domingo, 24 de agosto de 2014

París

Hace unas noches soñé que estábamos en París. Bueno, estábamos es siempre una forma de decir... estaba, estábamos, mis fantasmas y yo. Sin embargo, dejaba a los fantasmas por ahí porque no querían perderse caminando por las callecitas estrechas que aún no vi, pero que transitaba pavorosa de ansias de perderme y encontrarme en cada esquina redonda, en cada mar de gente bajo la lluvia.

Desde que te soñé, París, te escucho en cada sombra de poesía que aparece por ahí, hasta en los cruces insensatos que atravieso sin mirar semáforos.

Te encontraré en breve, espero. Ansío, deseo.

Quisiera ser Helena, querido París; y esperar tu rescate.

jueves, 10 de julio de 2014

Posición

Retroposición
transposición
posición
sin sartre
con gestalt
con swing
loquetehagafeliz
lo que te ponga y no interponga

ganas de escribir que es ganas de ser que es ganas de salir
la falta o el envido, la falta o loquetesobra

el aire el sueño el sexo el plexo
ese cross que despabila
y siempre vos, ahí, juntando juzgando junando

perdiendo la imagen
porque sino no tenés nada para buscar

pura declaración (otra que lacandona)
de principios sin finales
eso es para los otros

la transformación es lo que va
dialéctica sin diales.

Ahora.

Vení.

viernes, 13 de junio de 2014

Retrato

(I) Entre los ojos.

La lluvia fina hacia sus hombros,
el arte de tapa,
los papeles arrugados que se caen de su spencer.
Una playa en el fondo,
el sol esquivo que se esconde,
los pantalones de la feria americana de villa crespo,
la media sonrisa que tapa dientes ausentes.

(II) Lo invisible...

Las formas esquivas de la nube
el sutil repiqueteo de las gotas en la ventana
las viejas heridas siempre sangrando.

Y el estallido.
El revoloteo estomacal,
el terror inmemorial,
el temblor absurdo de las manos.

Las gotas rojas en danza infernal.

Las búsquedas inútiles,
las palabras ahogadas
Estos espejos chiquititos que se pisan sin cesar.

Y el estallido.
En el vidrio,
la piedra entre los ojos,
el mareo que invade,
el pensamiento que se aleja en un vahído.

Y la ausencia como sueño eterno.

Y todo se transforma en carrera fatal.
Salís,
como si pudieras hacerlo, como si no fueras más que un pedazo de papel ajado, como si tomara cuerpo el ridículo recuerdo que se mece con el viento.
Corrés,
en socorro inútil, juntas vidrios rotos, gritás, gemís, sufrís, te fundís en un abrazo que nunca existió.

(III) Lo visible
Sin embargo,
las gotas rojas ya mancharon tu alfombra,
la tormenta ya se hizo huracán por tu ventana,
los miedos te retorcieron hasta dejarte absorto de dolor.

Y del retrato sólo quedó el invisible olor de la derrota.

Gretel Nájera
13-06-14


miércoles, 11 de junio de 2014

Rabo de nube

Si me dijeran pide un deseo,
preferiría un rabo de nube,
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube.
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

Si me dijeran pide un deseo,
preferiría un rabo de nube,
que se llevara lo feo
y nos dejara el querube.
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.

Silvio Rodríguez

jueves, 22 de mayo de 2014

En la isla a veces habitada

En la isla a veces habitada de lo que somos, hay
noches, mañanas y madrugadas en las que no
necesitamos morir.
Entonces sabemos todo lo que fue y será.
El mundo aparece explicado definitivamente y
nos invade una gran serenidad, y se dicen las
palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra y lo apretamos
entre las manos.
Con dulzura.
Ahí se encierra toda la verdad soportable: el
contorno, el deseo y los límites.
Podemos decir entonces que somos libres, con la
paz y la sonrisa de quien se reconoce y viajó
infatigable alrededor del mundo, porque
mordió el alma hasta sus huesos.
Liberemos lentamente la tierra donde ocurren
milagros como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es de momento la vida.
Que eso nos baste.

José Saramago


domingo, 11 de mayo de 2014

Laberintos I

Soledad,
inabarcable sueño que se mece en las aguas profundas
hasta naufragar en sus redondas aristas.

Mal incurable,
que sólo se deja remontar a veces,
de puro juego que entretiene los días.

Boomerang,
que va y vuelve entre pesadas nieblas,
desiertos estrepitosamente hundidos.

Silencios y gritos,
del mismo cardumen que carcome la balsa,
la barca, que va hacia el mismo e inevitable lugar.

Gusano que crece si no cree que algo pueda detenerlo.

Es origen y es final.

Puro ente teleológico, infinito,
brillante de herrumbre
que sólo acaba cuando todo lo hace.


jueves, 10 de abril de 2014

Para hacer el retrato de un pájaro (Jacques Prevért)

Pintar primero una jaula
con una puerta abierta
pintar enseguida
algo bonito
algo simple
algo bello
algo útil
para el pájaro
poner enseguida el lienzo contra un árbol
en un jardín
en un monte
o en un bosque
esconderse tras el árbol
sin decir palabra
sin moverse...
A veces el pájaro llega pronto
pero también puede tardar largos años
en decidirse
No hay que desanimarse
hay que esperar
esperar si es necesario por años
la rapidez o la lentitud de la llegada del pájaro
no tienen relación
con el éxito de la pintura.
Cuando el pájaro llegue
si llega
hay que guardar el silencio más profundo.
Esperar a que el pájaro entre en la jaula
y cuando haya entrado
hay que cerrar dulcemente la puerta con el pincel
luego
borrar uno a uno los barrotes
teniendo cuidado de no tocar ninguna de las plumas del pájaro.
Hacer enseguida el retrato del árbol
y escoger la más bella de sus ramas
para el pájaro
pintar también lo verde del follaje y la frescura del viento
el polvo del sol
y el sonido de los insectos de la hierba en el calor del verano
y luego esperar a que el pájaro decida cantar.
Si el pájaro no canta
es mal signo
signo de que la pintura es mala
pero si canta es buen signo
señal de que se puede firmar.
Entonces arranque dulcemente
una de las plumas del pájaro
y ponga su nombre en un borde de la pintura.

Jacques Prevért (Paroles). Traducción de Natalia Cervantes.


viernes, 14 de febrero de 2014

A qué se parece el amor

Quisiera inventar una canción de amor que no fuera desdichada ni feliz.
Una canción de amor de las que no cuentan una historia,
que fuera lo suficientemente corta para saberla de memoria,
lo suficientemente larga para contar sin describir,
para describir sin detallar,
para detallar sin decir.

Quisiera no tener palabras y que el pecho se me ahogase en una diatriba muda,
quisiera sentir el fulgor del campaneo desesperante de una carrera hacia el encuentro,
el dolor vano de los segundos de ausencia sabiendo la próxima presencia,
el perfume en el aire que anuncia la tormenta de arrebato.

Quisiera también una mirada profunda que desnude de adentro hacia afuera,
un solo de violín imaginario que solamente dos escuchen,
una copa rota en el aire seguida de carcajadas ahogadas en un beso tinto.

Quisiera una carta de papel cualquiera con letras de canciones cursis,
una foto amarilla, tirados en un lugar desconocido,
un ramo de flores, y una planta florida.

A veces quisiera recortar y pegar para armar una historia que no pueda ser contada,
de esas que de tan increíblemente bellas ya nadie quiere oír;
pero que se sabe tan linda que te deja dormir apoyando la cabeza en el pecho que te acuna.








miércoles, 12 de febrero de 2014

30 años

Un día como hoy, pero hace 30 años atrás, moría Julio Cortázar.
Moría es una forma bastante metafórica de decirlo, porque todos sabemos que no muere quien ha creado las maravillas que él creo.

De todas las maravillas, algunas me maravillan más que otras. 
El capítulo 7 de Rayuela me conmueve inefablemente cada vez que lo leo, cada vez que lo escucho, cada vez que lo transcribo. Y me parece que en cada una de esas veces, algo diferente aparece.

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. (...) Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua".


Capítulo 7 de "Rayuela", Julio Cortázar