domingo, 28 de septiembre de 2014

Lujos

Se me ocurre que tu existencia le da lujo a mi vulgo. Le da vida a las letras.
Tu existencia, su devaneo febril, le da letras a mis puños, tontos de serenidad.
El fuego que aunque ya no exista deja el recuerdo del ardor en llama apavorada.
Tantas veces pensé en matarte y entiendo la ausencia ahora. Es esa nimia e imperceptible presencia tuya la que le da poesía a tanta vida de prosa.
Si tu idea se me escapase, se me volarían quizás las letras de la nocturnidad, las que se hacen de nostalgia y caramelos. Las que nacen del dolor y viven sólo en la fase efímera.
Pensé que escribía para olvidarte o recordarte, pero está invertida la causalidad: estás para que escriba, estás para musa de domingos - letargos - soles. Poesías en fin.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Gracias

A Ale

Hay quien escribe como quien mama, buscando el objeto perdido para siempre.
Hay quien vive como quien ama, en la misma búsqueda maravillosa por inútil.

Hay quienes saben que la vida resulta una brisa suave o un viento fuerte, pero imperiosamente corta, que acaba por acabarse.

Hay quien canta como imitando naturalezas que nunca verá.
Hay quien sólo llena los ojos de paisajes preciosos para contarlos.

A vos, que pudiste decir los paisajes, que los desnudaste para vestirlos con el ropaje de tus palabras, a vos te quisiera escuchar.

A vos, que sos quien puede bailar en medio del silencio, aunque suene como estruendos profundos, que coronás los mares con la espuma de tus brazos, que contemplas en tus hojas las hojas del tiempo eterno.

Deja escritas las palabras que el viento no te oirá más decir.
Deja entre las líneas de los versos no dichos, todas las asíntotas de este espacio que se escapa y diluye, como todo en los finales.

Que el sueño te acaricie suave, como acariciás a la vida, para que no te vayas tan pronto...



jueves, 18 de septiembre de 2014

Tierra Roja

Evitará los discos póstumos ya que la voz tronada no resulta de su agrado.
Agradecerá cada mañana por la cosecha recibida en lugar de juntarla. Se pudrirá.


La noche lo había decidido. Fue una energía brusca que sintió subir por todo el cuerpo. Estaba en el patio de la casa vieja y de repente vio todo. Dejó el alimento para los animales y se subió a la F100.

Entrará como gangster a un local semi vacío, los ojos desorbitados de uno más loco que él lo recibirán entre dañados y ansiosos del final desolado.

Puso el arma en el asiento del acompañante, antes vacío por desdén y abulia, ahora con ese bulto frío arremetiendo.

Otros pares de ojos lo observarán más allá de lo visible, harán de sus gestos un preludio, de sus zapatillas de tierra colorada, manchas calientes de sangre. De su hablar pausado un sicario sin fe, de cada mano al pantalón el peligro del arma acechando.

La fórmula dice que manejó los kilómetros que lo separaban de su Otro sin paradas intermedias. Que las zapatillas estaban teñidas imperceptiblemente.

La batalla se dará intensa y quieta, una breve esgrima de palitos chinos. Los ojos que observan, son dientes que ríen, ficciones que van y vuelven mientras transcurre el devenir inevitable de la cacería.

Llegó y nombró. En el nombre estaba la clave sonora.
Algo no sucedió entonces. El cónclave no había sido dispuesto por las partes como habían acordado. Tuvo que congelar su instinto de jaguareté y jugar al cliente interesado.

Se apagarán los reflectores, se hundirán las ideas entre charcos de amabilidades maltrechas.

Maldijo sus balas, su poca paciencia y su escasa previsión.

El público cual coro de misa farfullará bajito una sincera disculpa.

Volvió como empezó, hacia otra escena de la misma obra.




martes, 16 de septiembre de 2014

Experimento


En tí en sí en mí


Oliverio no abandona.
Oswald no deja las fotos.
Alejandra ha muerto.
Ha muerto.

Nubes cóncavas





Bananeiras y
mangueiras



La novedad




El honor deteriorado
El deterioro suburbano
El suburbio azul.




¡Dante, Dante!




domingo, 7 de septiembre de 2014

Fauna fauno

Avanza sigiloso hacia el lugar que no existe,
mas existirá en cuanto llegue.


Camina por el borde del abismo reptando en contorsiones de amoroso bífido.
Amoroso puede ser hasta el metal del enjambre que se avecina gritando su oquedad.

Los no lugares son sitios donde avanzar sin sigilo y con prestancia de reptil enajenado, de cornisas enjauladas de ángeles azules sin alas con alas de alados bifásicos trigésimos de pastos recién cortados.

Las flores mueren con silencios atronadores de rayos espantosos despampanantes murciélagos que son lo mismo pero igual; equiláteros equinocios del otro lado del mundo que es abismo que es tortuga que sostiene que es elefante gigante con lomo de plata y oro de platino fino para narices de noches de días de atardeceres espumantes espumosos reídores de la nocturnidad ajena que no ve cuando ellos ven mucho más allá de lo que ve cualquier especie

enajenado enjambre he dicho y quise decirlo de nuevo, repetición sin sentido se hace esencia con gracia de pasarela. No es más que eso el todo de los caminos que el caminante se hace al andar. No es acaso ausencia presencia grito sordo mudo manco cojo de alma sin fosa de muerto común de colectivo errante de nación ajena de pueblo que es otro que no son que no soy que no grita porque no sabe como es el sonido que no sabe por ausencia por presencia por prestancia elegancia de jirafa chillona dueña del todo que no es nada sin nadie que lo vea de árbol que cae sin ruido con ruido lo mismo da, como todo resulta la misma biblia el mismo calefón torá corán almas sin muertos ángeles presos asunciones y ascensiones que nadie entiende porque al final da lo mismo.

El lugar existe existió siempre nunca se fue nunca se irá aunque se había ido pero hubiera vuelto gustoso de haber sido convidado a la fiesta del ausente presente prestante elegante en orgías de cebras aladas que se quedaron con las azules alas aladas del ángel maltrecho estrecho gorila puntiagudo.

Ballenas iceberg tiburón ratón lo mismo da si no hay nada que lo oiga que lo mire que lo toque que lo sienta que lo chupe que lo mastique que lo devore y trague con la voracidad del tiempo.

Nada sin tiempo, sin lugar, es pura caminata de zapatos rojos sin borde sin abismo sin pasillos ni pistilos ni zoológicos donde guardar la alacena de la comida de la alacena de la provisión de la previsión de la no noche que no es día porque todo ya se fue se perdió se rompió se enajenó


se fundió.