jueves, 13 de noviembre de 2014

Hipertextos

El aire se alivia,
vuela un papelito y llega, doblado,
a tu mano.

Allá en el fondo está la muerte,
pero no tenga miedo.

Las palabras son las mismas,
la cadencia llega despacito
un arrullo en tu cabeza suena y suena.

La cebolla es escarcha y pobre.
Escarcha de tus días y mis noches.

En las manos como cunas,
anochece serenamente.
En los cuencos de tus ojos,
cae la luna somnolienta.

¿Qué le dio al pequeño dios
del centro gris del abismo?

En tus labios de tinta carmín,
el saludo se evapora.
En tus sueños se levanta
vieja polvoreda de arena y sangre.

Es hora de dormir, suave y dulce.
Cerrar los ojos y creer,
que al final,
siempre siempre sabrás
que poesía no es más que lo que es.

Poesía eres tú.