Hoy hace 30 años que se murió Bob Marley, y aunque los que me conocen saben que en mi eclecticismo musical poco entra el reggae, hay una mística que va más allá del género y que inevitablemente me conmueve.
Pensé en el movimiento rastafari, y entonces, pensé entre otras cosas, en la liberación de África de los imperios europeos. Y de ahí salté a Fanon, y pensé un rato en Argelia.
Y de Los Condenados de la Tierra, me gustan muchas cosas, pero sobre todo el prólogo que le hace Sartre en 1961. De ahí, este fragmento, sin mucho más para decir. Y claro, como corresponde, una bella canción para acompañar la lectura.
(Pero ojo, sigo pensando en el Movimiento Antropofágico; y sé que estoy mezclando todo, porque así funciona el pensamiento, o al menos el mío, en un ir y venir constante, y dice Oswald de Andrade, en ese Manifiesto "antes de que los portugueses descubrieran Brasil, Brasil había descubierto la felicidad.")
"... No es bueno, compatriotas, ustedes que conocen todos los crímenes cometidos en nuestro nombre, no es realmente bueno que no digan a nadie una sola palabra, ni siquiera a su propia alma, por miedo a tener que juzgarse a sí mismos. Al principio ustedes ignoraban, quiero creerlo, luego dudaron y ahora saben, pero siguen callados. Ocho años de silencio degradan. Y en vano: ahora, el sol cegador de la tortura está en el cenit, alumbra a todo el país, bajo esa luz, ninguna risa suena bien, no hay una cara que no se cubra de afeites para disimular la cólera o el miedo, no hay un acto que no traicione nuestra repugnancia y complicidad. Basta actualmente que dos franceses se encuentren para que haya entre ellos un cadáver. Y cuando digo uno... Francia era antes el nombre de una país, hay que tener cuidado de que no sea, en 1961, el nombre de una neurosis."
Jean Paul Sartre, Septiembre de 1961.
Fragmento del prólogo a "Los condenados de la tierra" de Frantz Fanon.
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