jueves, 25 de noviembre de 2010

7


Un día no estabas, no existías, no sabíamos cómo era tu voz ni tu pelo ni tu sonrisa redonda y contagiosa.

Otro día apareciste, guardada un tiempo, creciendo sigilosa.
Todavía no sabíamos nada de vos. Pero te queríamos ya.

Un día como hoy, naciste, hermosa, chiquitita.
Aprendiste a mirarnos, aprendimos a dejarnos mirar.
Te dormías mirando los árboles.
Te dormías en brazos que te acunaban con amores curiosos.

Caminaste, pelaste cebollas infinitas.
Desarmaste alacenas, desarmaste armaduras.

Hablaste, murmuraste, sollozaste, cantaste.

Dibujás, bailás, crecés, mirás, opinás.
Querés, amás.

Cuánta vida hay en tus cachetes,
cuantas vaquitas de San Antonio quieren treparse por tus piernas,
cuantas flores quieren ser olidas por esa nariz botoncito.

Cuántos abrazos no te di, cuántos te voy a dar.

Cuánto que te quiero, preciosa. Cuánto.

¡Feliz cumpleaños, mi flor de loto!

No hay comentarios:

Publicar un comentario