Resulta que a veces las propias palabras se enajenan tanto que no se oyen. Y que las de otros retumban, repican ecos de poesías.
Bueno, eso me pasa hoy. Que igual, Spinetta me hace bailar.
Tienes algo que no quieres tener...
quieres algo que no puedes tener...
quiebra esa mirada de maldad...
quiebra esa mirada de maldad...
Y hoy ví un fulgor,
que cargaba la calle,
con un halo lunar,
y ví el día que perdía su brillo,
en tus ojos cuando te pude ver...
y esto me lleva a la insanía...
Una bailarina que no quiere parar...
hace con su danza un hueco en el mar ( glup ! )
veo por allí que su fiebre paró,
está tranquilo junto al tiburón...
Y así es que vive soñando...
aquel que solo sueña y no ve...
y hoy es el momento,
que estabas esperando,
porque te puedo ver.
Once precipicios pintados de azul...
contra la araña de un amor...
una cosquilla en un mal lugar ( sí... sí... sí... sí... )
una incorregible forma de acabar.
Y hoy ví un fulgor que cargaba la calle,
con un halo lunar,
y ví el día que perdía su brillo,
en tus ojos cuando te pude ver...
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