miércoles, 3 de noviembre de 2010

Casa

Corrí los muebles de lugar.
Cambié una mesa por otra.
La de madera al living, la de vidrio a la cocina.
Moví la cama, que la orientación norte no es buena...

Barrí abajo de las repisas.
Le pasé el plumero a los libros.
Lavé vasos y tazas de la alacena.

Cambié la funda del sillón.
Fuera la que pica, bienvenida la de verano.
Almohadones: salen colores tierra, entran azules.

Cuadritos, los mismos de siempre, en esta pared quedan mejor.
Y esto, por qué no lo cuelgo.
Y el perchero... vaciar, tirar, vaciar.

Si, di vuelta mi casa, pero nada...
no encontré nada de lo que buscaba...
no apareciste abajo del sillón,
no estabas metido entre la funda y la almohada.
Te busqué en el cajón de los cubiertos.
Revisé entre los libros,
Cajón por cajón,
foto por foto.
En las teclas de mi teclado,
en la pantalla, en las ventanas,
en los espejos, en el botiquín.
Ni en la bañera ni entre las toallas,
ni en la funda de la guitarra,
ni en el cajón peruano.
Ni cartuchos ni cartucheras,
ni espirales espiralados.

Y ahora...

¿Y ahora?

¿Y ahora adónde te busco?



3 comentarios: