Avanza sigiloso hacia el
lugar que no existe,
mas existirá en cuanto
llegue.
Camina por el borde del abismo reptando
en contorsiones de amoroso bífido.
Amoroso puede ser hasta el metal del
enjambre que se avecina gritando su oquedad.
Los no lugares son sitios donde avanzar
sin sigilo y con prestancia de reptil enajenado, de cornisas
enjauladas de ángeles azules sin alas con alas de alados bifásicos
trigésimos de pastos recién cortados.
Las flores mueren con silencios
atronadores de rayos espantosos despampanantes murciélagos que son
lo mismo pero igual; equiláteros equinocios del otro lado del mundo
que es abismo que es tortuga que sostiene que es elefante gigante con
lomo de plata y oro de platino fino para narices de noches de días
de atardeceres espumantes espumosos reídores de la nocturnidad ajena
que no ve cuando ellos ven mucho más allá de lo que ve cualquier
especie
enajenado enjambre he dicho y quise
decirlo de nuevo, repetición sin sentido se hace esencia con gracia
de pasarela. No es más que eso el todo de los caminos que el
caminante se hace al andar. No es acaso ausencia presencia grito
sordo mudo manco cojo de alma sin fosa de muerto común de colectivo
errante de nación ajena de pueblo que es otro que no son que no soy
que no grita porque no sabe como es el sonido que no sabe por
ausencia por presencia por prestancia elegancia de jirafa chillona
dueña del todo que no es nada sin nadie que lo vea de árbol que cae
sin ruido con ruido lo mismo da, como todo resulta la misma biblia el
mismo calefón torá corán almas sin muertos ángeles presos
asunciones y ascensiones que nadie entiende porque al final da lo
mismo.
El lugar existe existió siempre nunca
se fue nunca se irá aunque se había ido pero hubiera vuelto gustoso
de haber sido convidado a la fiesta del ausente presente prestante
elegante en orgías de cebras aladas que se quedaron con las azules
alas aladas del ángel maltrecho estrecho gorila puntiagudo.
Ballenas iceberg tiburón ratón lo
mismo da si no hay nada que lo oiga que lo mire que lo toque que lo
sienta que lo chupe que lo mastique que lo devore y trague con la
voracidad del tiempo.
Nada sin tiempo, sin lugar, es pura
caminata de zapatos rojos sin borde sin abismo sin pasillos ni
pistilos ni zoológicos donde guardar la alacena de la comida de la
alacena de la provisión de la previsión de la no noche que no es
día porque todo ya se fue se perdió se rompió se enajenó
se fundió.
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