Si escribo una carta al mar...
¿volverá a la orilla?
Si miro entre las estrellas,
o escucho cantar sirenas,
será el día de Iemanjá...
Flores como collares
en las costas de sus pasos,
anillos en dedos mochos,
miradas nunca acabadas.
Fríos de abrazos tibios,
pisadas enarenadas,
es la fiesta de Iemanjá...
Intenciones, votos, gritos,
cantos, ofrendas, plegarias,
colores que no distinguen
razas ni credos ni lenguas,
en la noche de luna tímida,
deseos, locuras y rezos
ella sabrá mejor
aquello que será que quiero
en la fiesta de Iemanjá...
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