Infinito mientras dure, dice el poeta.
¿Cómo se pierde la poesía? ¿Cómo se gana de nuevo? ¿En qué rincón queda la alegría cuando no se la encuentra en ningún cantito?
¿Cuántas veces hay que apretar fuerte los ojos y enjugarse la cara?
¿Es la tristeza un estado sin fin? ¿Lo es?
La desazón, la soledad interior, la desilusión, las olas que traen cenizas y ya no agua que limpie y bañe las orillas de esta tarde gris por dentro...
Las poesías maltrechas, las canciones sin tararear...
Perdí la poesía, se fue, quizás nunca vuelva, quizás quedó prendida en la cola de un barrilete que se enganchó en un poste de luz para siempre...
Se me perdió la poesía, se me perdieron las canciones, se me perdió la sonrisa y solamente encuentro retazos, pedazos estallados de vidriecitos de colores, pequeñitas risas esporádicas sin brillo en los ojos, sin flores, sin soles.
Ojalá mi poesía vuelva, aunque sea un rato, a quedarse conmigo en la ventana, a hacer que una mariposa, un árbol, una nube o mis manos tengan destellos, aunque sea un rato...
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