viernes, 24 de septiembre de 2010

Infinito mientras dure





















Pasión y razón
Tanta agudeza para algo tan grave.
Si el instinto va por un lado y la cabeza por otro, el cuerpo estalla.
¿Y el miedo le pertenece a qué esfera, entonces?

¿Por qué si partir sin llegada posible es pura pasión,
llegar y no saber partir es de la razón?
¿Qué divide, efímera línea imaginaria, ecuador de mi mente, hemisferios de qué?

Temor y temblor.
Y Kierkegaard nunca entendió de qué se trataba vivir.

Caballero de la resignación infinita.
Caballero de la fe.

¿Y las damas?
Detrás del ajedrez.

Ni teoría de la guerra que lo explique.
Ni peón, ni reina ni caballo.
Ni de Troya ni árabe.

De nada de esto se trata.
Nebbia, volvete a tu casa.

Y al poeta, entonces...
Que no sea inmortal, puesto que es llama,
Mas que sea infinito mientras dure.

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