Odas elementales (1954), junto con "Nuevas odas elementales"(1955) y "Tercer libro de las odas" (1957) conforman una trilogía maravillosa, que reúne, según el propio Neruda, poemas elementales en relación a la forma simple y directa en la que están escritos, a la fluidez de los versos y a la razón de los temas de que se ocupan; entendiendo elementales no solo a lo básico, sino a lo material, a los elementos.
Dejo la Oda a la pereza y una foto, de uno de mis pecados capitales favoritos...
Oda a la pereza
Ayer sentí que la oda
no subía del suelo.
Era hora, debía
por lo menos
mostrar una hoja verde.
Rasqué la tierra: "Sube,
hermana oda
—le dije—
te tengo prometida,
no me tengas miedo,
no voy a triturarte,
oda de cuatro hojas,
oda de cuatro manos,
tomarás té conmigo.
Sube,
te voy a coronar entre las
odas,
saldremos juntos, por la
orilla
del mar, en bicicleta".
Fue inútil.
Entonces,
en lo alto de los pinos,
la pereza
apareció desnuda,
me llevó deslumbrado
y soñoliento,
me descubrió en la arena
pequeños trozos rotos
de sustancias oceánicas,
maderas, algas, piedras,
plumas de aves marinas.
Busqué sin encontrar
ágatas amarillas.
El mar
llenaba los espacios
desmoronando torres,
invadiendo
las costas de mi patria,
avanzando
sucesivas catástrofes de
espuma.
Sola en la arena
abría un rayo
una corola.
Vi cruzar los petreles
plateados
y como cruces negras
los cormoranes
clavados en las rocas.
Liberté una abeja
que agonizaba en un velo
de araña,
metí una piedrecita
en un bolsillo,
era suave, suavísima
como un pecho de pájaro,
mientras tanto en la
costa,
toda la tarde,
lucharon sol y niebla.
A veces
la niebla se impregnaba
de luz
como un topacio,
otras veces caía
un rayo de sol húmedo
dejando caer gotas
amarillas.
En la noche,
pensando en los deberes de
mi oda
fugitiva,
me saqué los zapatos
junto al fuego,
resbaló arena de ellos
y pronto fui quedándome
dormido.
Pablo Neruda
Cómo me gusta Neruda. ¡No me canso de leerlo!
ResponderEliminarBesos.