(I)
Entre los ojos.
La
lluvia fina hacia sus hombros,
el
arte de tapa,
los
papeles arrugados que se caen de su spencer.
Una
playa en el fondo,
el
sol esquivo que se esconde,
los
pantalones de la feria americana de villa crespo,
la
media sonrisa que tapa dientes ausentes.
(II)
Lo invisible...
Las
formas esquivas de la nube
el
sutil repiqueteo de las gotas en la ventana
las
viejas heridas siempre sangrando.
Y
el estallido.
El
revoloteo estomacal,
el
terror inmemorial,
el
temblor absurdo de las manos.
Las
gotas rojas en danza infernal.
Las
búsquedas inútiles,
las
palabras ahogadas
Estos
espejos chiquititos que se pisan sin cesar.
Y
el estallido.
En
el vidrio,
la
piedra entre los ojos,
el
mareo que invade,
el
pensamiento que se aleja en un vahído.
Y
la ausencia como sueño eterno.
Y
todo se transforma en carrera fatal.
Salís,
como
si pudieras hacerlo, como si no fueras más que un pedazo de papel
ajado, como si tomara cuerpo el ridículo recuerdo que se mece con el
viento.
Corrés,
en
socorro inútil, juntas vidrios rotos, gritás, gemís, sufrís, te
fundís en un abrazo que nunca existió.
(III)
Lo visible
Sin
embargo,
las
gotas rojas ya mancharon tu alfombra,
la
tormenta ya se hizo huracán por tu ventana,
los
miedos te retorcieron hasta dejarte absorto de dolor.
Y
del retrato sólo quedó el invisible olor de la derrota.
Gretel
Nájera
13-06-14